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  • Los fotorreceptores artificiales podrían salvar la vista de millones de personas

    Escrito por Kate Rauch
    Published May. 21, 2018

    Hace años, un ojo artificial capaz de lograr que los ciegos vieran era parte del tema de la ciencia ficción o de la fantasía.

    También era lo mismo para los corazones, los pulmones, las caderas y las rótulas artificiales. Todo esto se utiliza ahora con éxito.

    Aún no tenemos un ojo artificial completo. Pero nos acercamos cada vez más a lograrlo, gracias a una ola de nuevas tecnologías orientadas a reparar las partes deterioradas de los ojos con versiones fabricadas por el hombre.

    Uno de estos recientes descubrimientos no reemplaza el ojo en su totalidad, pero sí hace las veces de un importante componente de la visión. Es algo prometedor para millones de personas que de otra forma podían quedar ciegas.

    Por primera vez, los científicos en China han creado fotorreceptores artificiales para ayudar a que los ratones ciegos puedan ver.

    Los fotorreceptores son celdas microscópicas que se encuentran en la retina, en la parte posterior del ojo, y convierten la luz en visión. Cada ojo tiene millones de fotorreceptores.

    Los fotorreceptores artificiales — nanoalambres extremadamente pequeños — se implantaron en las retinas dañadas de los ratones. A pesar de ser elementos intrusos, interactuaron con los tejidos naturales para imitar la visión.

    Este desarrollo comienza a desencadenar un optimismo cauteloso en los médicos especialistas en enfermedades oculares degenerativas. En estas enfermedades, los fotorreceptores dejan de funcionar gradualmente hasta producir pérdida de la visión. Las afecciones oculares degenerativas más comunes son la retinitis pigmentosa y la degeneración macular.

    La nueva investigación tiene potenciales emocionantes, sostiene la Dra. Jennifer Lim, oftalmóloga de la Universidad de Illinois en Chicago. La Dra. Lim, experta en enfermedades de la retina, desarrolla tecnología para personas con baja visión.

    No obstante, señala que el éxito en los ratones no siempre se traduce en éxito en los humanos. Si bien los fotorreceptores artificiales son algo intrigante, la ciencia está aún muy lejos de ayudar a ver a los humanos ciegos.

    "Tenemos que controlar nuestro entusiasmo y aceptar que este trabajo está en su infancia, y que faltan muchísimos obstáculos por superar", sostiene la Dra. Lim. "No estamos tan cerca de contar con una visión artificial. Sin embargo, el enfoque tiene sentido, en lo que a mí respecta. Creo que es razonable".

    La capacidad de ver comprende un proceso complejo y delicado en el que la luz que ingresa a los ojos produce imágenes en nuestros cerebros.

    Imaginemos los fotorreceptores como si fueran trasformadores. Captan la luz de fuera del ojo y la trasforman en señales eléctricas. Estas señales van al cerebro a través del nervio óptico y allí se convierten en las imágenes que conocemos como visión.

    No existe una cura para las enfermedades degenerativas de los ojos. Los tratamientos médicos estándar procuran retardar su progreso. Los pacientes reciben también consejos y dispositivos para baja visión.

    Sin embargo, las nuevas tecnologías, como los fotorreceptores artificiales, están abriendo la puerta al sueño antes inimaginable de lograr que haya visión en ojos dañados.

    Muchas de estas tecnologías están en etapas tempranas de investigación, en estudios preliminares con animales o humanos. Pero hay al menos una innovación disponible para el público.

    La Dra. Lim forma parte de un equipo que trabaja con el Argus II, un implante de retina que ayuda a personas ciegas con retinitis pigmentosa avanzada a recuperar algo de visión. Se conoce a veces como el Ojo Biónico.

    A diferencia de los fotorreceptores artificiales, el Argus II es un sistema que utiliza una mini computadora y una cámara de video instalada en los anteojos. Hay que usar anteojos para que el sistema funcione.

    La cámara actúa como un ojo externo que envía imágenes del exterior a la computadora y ésta, a su vez, las convierte en señales que envía al implante. El implante convierte las señales en impulsos eléctricos que activan las células sanas que aún quedan en el ojo para producir visión.

    Quienes utilizan el Argus II ven patrones de luz que delinean objetos grandes como andenes o puertas. Se trata de una visión parcial pero que constituye un profundo cambio de lo que es la ceguera total.

    La "vista" que se obtiene con los fotorreceptores artificiales, que aún no se han probado en humanos, es similar. Pero los receptores no requieren ningún equipo externo, lo cual es una verdadera ventaja.

    Otras tecnologías nuevas para la visión incluyen:

    • Un implante de retina que se activa a través de un parche adherido al cuero cabelludo y va conectado a una pequeña batería externa por un cable delgado. Este implante está funcionando en pruebas en humanos.
    • Un implante de retina sintético que ha mostrado ser prometedor en estudios en ratas.
    • Un implante de células madre que, en estudios en humanos, parece retardar la destrucción de las células de la retina.